CONCLUSIÓN:
Es en este contexto de la vocación de París para dirigir el mundo
hacia un nuevo orden que el anclaje de la nueva energía de solidaridad recibe todo
su significado. De hecho, esta energía hizo un llamamiento a una apertura de
nuestra visión de la vida hacia la posibilidad de su brillo en todo esplendor
(como una estrella) que incluye el mayor bien de todos. Es una visión universal
por todos, para todos y con todos. Pide una reorientación de nuestros intereses
hacia el sentido común de nuestras vidas en el planeta y de pasar en concreto
más allá de divisiones que sirven sólo intereses particulares, alimentados por
conceptos restringidos y exclusivos. Esta reorientación implica
reconciliarnos o poner juntos nuestros diferentes en fin de permitirnos
descubrir el Gran Plan del futuro de la humanidad que ninguna persona, ni cualquier
grupo particular, puedan ver de sí mismo.
Nota: El proceso de iniciación se revela a través del Gran Marcha Mundial
de Solidaridad como principalmente de naturaleza colectiva para llevar a una
nueva conciencia de unión entre los seres huùmanos:
1. En Madrid nos enfrentamos por primera vez el triple proceso
iniciático en la nueva conciencia colectiva que la Gran Marcha nos revelaba con
la visita al templo de Debod (Amon: lo oculto, lo incognoscible). Este primer
paso se nos hizo claro que la transformación del mundo requiere de pasar de un enfoque individual hacia un
enfoque colectivo. No es el crecimiento personal del yo la primera
condición de los cambios. Debe ser integrado en un trabajo de cambio
del campo colectivo. Eso significa en concreto: seguir una perspectiva de
cambio para todos, poniéndose, si necesario, a nivel de todos y respectándolos.
Es sobre todo un acto de humildad y
no de dominación o de imposición. Es generar la compasión de nuestro
corazón.
Para pasar de un mundo al otro, no podemos rechazar el viejo mundo
distanciándonos. Nos falta llamar, aceptar y unir a todos aquellos
que están dispuestos a servir directamente o indirectamente, este objetivo.
Cortándonos de nuestras raíces no tendremos más fundamento. Nuestras raíces hacen
lo que somos hoy. Es gracias a la profunda actitud de humildad que seremos
capaces de darnos cuenta de esta y de ver cómo y en qué dirección cambiar y
elevarnos. Es un trabajo formal de reconocimiento colectivo de las corrientes
o fuerzas originales que se mueven en esta nueva dirección. Esto es permitir
revelar la luz de la vida misma (la energía positiva o fuego de Aries) que empuja las corrientes
colectivas de acuario de manifiesto más allá de la luz del mundo del individuo.
La manifestación de la dualidad de los polos opuestos fue la era de Piscis
(Ichthys o Piscis y Virgen). Pidió el sacrificio para que el camino de
ascensión en la Unión Espiritual Universal y Cósmica sea visible en la plena luz
del día (Escorpión) y la idealización para entender cómo penetra dentro de la
forma (Tauro).
2. En
Roma nos enfrentamos con los movimientos de las masas de la gente,
procedentes de cualquier
horizonte y andando a cualquier horizonte, tratando educarse,
buscando en realidad lo que es en el centro de cualquier instrucción de la
vida: amor (amor) anagrama de Roma. Sus 13 obeliscos estaban pidiendo
específicamente nuestra atención (referencia al zodiaco). El ojo espiritual puede
ver como 12 obeliscos convergen todos en el Obelisco de la plaza San Pedro.
Eran como las indicaciones hacia las 6 puertas exteriores e interiores de los 6
superuniversos que se conectan con la
puerta del universo central, como el desarrollo de una visión central en la evolución
de la creación. Atraían a las personas de las 7 razas de las 7 familias
espirituales de los 7 continentes, todos del mismo origen pero diferentes en su
caminar en el sendero espiritual para encontrar su unión original et final.
Eso nos permitía situarnos como familia llamada a unir a todos y de
comprender, para llegar a eso, que nos faltare ver más allá de nuestras
pequeñas visiones locales y abrirnos a las lecciones de las experiencias de los
seres de todas estas familias. Son como dones (o piedras -almas) nos ofrecidos por la Gran
Vida Una para poder construir una gran visión más completa, holística y
justa. Eso es la esencia de la energía del perdón. Es el aprendizaje
de ver las condiciones que ayudan a mejorar el mundo por su transformación
óptima. Es la aplicación de la energía de los intercambios por comunicación
(energía Géminis) que despierta la luz de la inteligencia superior (sabiduría) dentro
de nosotros. Esta luz de despertar es la
fuente de inspiración para la energía de la era de acuario. Une el Principio Inteligente
del Logos de la Creación (verbo o inteligencia), en realidad encarnado en cada
ser humano donde se da cuento cuando se despierta como ser espiritual, iluminado
tal como Buda (espíritu despertado), con el Principio del Amor universal de
Cristo en el ser humano. Esta Unión se realiza por el trabajo progresivo de la
luz de la estabilización (energía balanza). Consiste en la armonización
o la labor inteligente de balanceo (balanza, energía ascendente de acuario) entre la identificación
colectiva y la diversificación individual así que la luz difusa de la
inconsciencia (Cáncer) de la masa se convierte en un centro sagrado que refleja
la luz del potencial de la autoconciencia (León) del alma (Venus) de la raza
humana. La unión de la conciencia individual del ser humano con el alma
colectiva de la raza humana es el fundamento de una nueva conciencia cósmica
que une a todas las razas, todos los continentes y todos los universos. La paz
sagrada et duradera de un mundo mejor de paz sea sólo posible en la aceptación que
la vida no puede convertirse óptimamente que por la unión de los dones
de todos. Sin perdón individual y colectivo, la humanidad no puede avanzar,
sólo regresan y destruirse.
3. En París
estamos en la tercera etapa del despertar de la nueva conciencia colectiva. Es
aquí que nos
pedirá
el paso decisivo de pasar del antiguo concepto dualista
de la vida hacia la visión de un mundo más unido con relaciones humanas más
equitativas, luminosas, fraternales y solidarias. Es la etapa de
la decisión
de efectuar que todo puede servir para la construcción de un mundo mejor. Prepara
el salto simbólico en el vacío en la fe absoluta que la mejor solución para
realizar el plan de un mundo mejor sea la valorización de todo y todos en el
perspectivo de su servicio participativo a la armonía interactiva del conjunto.
Esta decisión se expresará por el anclaje de la energía de reconciliación en la
Place de la Concorde, lugar llamado a expresar la concordia de la raza humana.
Es por
la unión en el alma (energía
del León)
del consciente colectivo de sí
mismo que el señal para la liberación de la masa inconsciente
(vieja energía solar de
cáncer) pueda ser dado como una respuesta a la nueva luz del sol (pasaje cósmico
en Geminis el 5.01.1989).
Ahora, el Cristo Acuario, como el Si mismo Superior Único de todos (a
la vez Padre Creador, Madre Espíritu e Instructor del Mundo), se convierte en Principio
Fraternal de unión espiritual de todos, internamente y externamente. Ahora la dualidad
entre interior y exterior, entre encarnados, no encarnados y reencarnados, puede
ser reconocida como una construcción arbitraria de nuestro mental inferior
donde la verdad va más allá de la muerte. Por falta de iniciación, este mental
entiende el significado de la Vida como dividida y separada jerárquicamente en un
orden de dominación y de sumisión. En realidad, cualquier Maestro es siempre en
cada discípulo y cualquier discípulo es siempre en el Maestro Único que puede
manifestarse focalizándose en uno más que otro según condiciones que coinciden.
Esto se puede solamente ser entendido adecuadamente cuando la pequeña
conciencia del ser humano individual se fusionó con la luz de Conciencia Única
de Cristo Cósmico.
La conversión de la energía de solidaridad en reconciliación puede
desarrollarse como sigue:
1. El primer paso es aceptar de romper con nuestras
formas de aislamiento y entonces con los bloqueos y barreras que hemos erigido sobre la
organización de la vida como los sólo válidos según nuestros conceptos y
creencias. Nada pueda justificar la
exigencia de condiciones previas salvo la aceptación mutua de crear un terreno
neutro de mediación abierto para todos. Sino ninguna perspectiva de unión haya posible. La apertura
incondicional es por lo tanto el primer paso hacia la reconciliación.
2. Reconocimiento
de la necesidad de cambiar la dirección de visión. Pensar que haya un único motivo o solución desde un punto de visto
personal o grupal restrictivo, no nos permite de fijar lo que nos traerá el
futuro. La probabilidad cambia según las interacciones de todos. La reconciliación
es precisamente activar nuestras interacciones para prever mejor y crear coincidencias
felices en lugar de ser sometidos a eventos fatales que están provocados par la
falta de maestría y las incoherencias entre nuestras expresiones.
3. Un
proyecto de desarrollo conjunto. Todos
somos parte de un conjunto. Es importante saber cómo podemos mejor contribuir,
es decir, cómo prestar nuestro servicio según nuestras capacidades al mejor
bien del conjunto. Reconciliación requiere un trabajo de valorización mutua en la realización de un
objetivo común. Valorizar es crear un orden
de aplicación que se adapta a las necesidades de las circunstancias.
Cuando usamos la palabra jerarquizar en este contexto, no es para escalonar la
autoridad de nuestro poder sino de facilitar
un orden de aplicación (prioridades) para el buen funcionamiento del
conjunto. Se trata de testificar simplemente el respeto que nos falta mostrar mutuamente,
reconociendo mutuamente nuestro potencial, con el fin de facilitar su expresión
libre entre todos y no para imponerlo.
4. Un
objetivo común. El objetivo común no puede
ser otro que lograr el bienestar, tanto material como espiritual, de cada uno
tan perfectamente que sea posible. Eso exige el reconocimiento del sentido común
y universal de la vida e implica la búsqueda
común de un equilibrio interactivo
entre las 7 grandes líneas por las cuales este sentido se desarrolla:
- la orden
de la participación en la expresión del potencial individual y colectiva o
la orden de la responsabilidad político;
-
la orden
de interactividad social o la armonización continua de la sociedad huma
na hacia
relaciones más equitativas, libres, fraternas y solidarias entre sus miembros;
-
la orden
económico o la orden de la producción del bienestar para todos creando un equilibrio
entre las necesidades del espíritu y del cuerpo;
-
la orden
profesional o la orden de la maestría y del mejor uso de los recursos de la
vida;
-
la orden
científico o la orden de la gestión de las relaciones entre causas y efectos;
-
la orden
saludable o la orden de la salud de los seres humanos tan individual que colectiva;
-
la orden
espiritual o la orden de ajuste o del religar de la vida con todas sus
dimensiones.
Con esta etapa de la reconciliación el fundamento del movimiento de la
Gran Marcha Mundial de Solidaridad esta puesto. Las nuevas energías estarán ancladas
en el triángulo MaRopa en preparación de la
Gran Transición de los cambios planetarios. La llamada al trabajo de
síntesis de 'ponernos juntos' sonaba a través de las tres etapas y siempre la
respuesta ha sido anclada en la tierra para darla una resonancia celestial
estable. Ahora la tierra y su vida están preparadas para recibir la señal (resonancia 16/16) de la Transfiguración de manera
que la raza humana pueda comprenderla y hacer efectiva su luz en formas de
solidaridad concreta en una nueva etapa de realización. Conviene a todos en
cuales resuena esta luz de solidaridad de dirigirla hacia todos que están
dispuestos a contribuir a la creación de las referencias que el mundo necesita
para su transformación pacífica.
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