Hemos recogido las reflexiones siguientes a través de observaciones y
comunicaciones durante nuestra estancia in Roma el 20-23 de mayo 2016. Aclaran la
meta fundamental de la Gran Marcha
Mundial de Solidaridad de abrir más nuestras orejas y la visión de nuestros
ojos, más allá de nuestra habitud. Ya del hecho de viajar nos damos cuenta que nuestro
mundo de visión individualista y estrecha se abre por la confrontación con otras
situaciones, otras personas y otras cosas. Relativiza la importancia que damos a
nuestras propias percepciones, interpretaciones y convicciones. Es desde aquí
que puede empezar el proceso de armonización
entre los pueblos y su liberación hacia el paraíso del orden nuevo más
justo y solidario que soñamos todos.
Moverse en todos niveles de la vida es la llave para poder abrir su puerta.
El triángulo
Madrid-Roma-Paris (MaRoPa) en más concreto
1. Madrid: el
tema de la compasión.
Una transformación pacifica del mundo supone en primer lugar generar la abertura de nuestras visiones. Pide
abrirnos a través de nuestras expresiones, abordando a las expresiones delos otros con
respeto para que actuemos en el perspectivo de la mejor armonía del conjunto. La
compasión es primero tomar una actitud oportuna
para que nuestras expresiones no provocan rechaza y tensiones
conflictivas. Estaba la experiencia de Madrid. Maratón y Marcha de Solidaridad, dos
manifestaciones con motivaciones diferentes, pasaban en el mismo lugar sin
crear tensiones. Pues, la compasión crea una situación de abertura que facilita
encontrar al otro y comunicar al mismo nivel, como compañeros equivalentes en
el servicio de la misma unión. Con otras palabras quiere decir quitar una mente de superioridad, además fijada
en la “imposición” y la “lucha contra”. No esta compatible con la creación
de un campo abierto a encuentros
solidarios.
2. Roma: y el
tema del perdón.
Había
muchos turistas, pelegrinos y ciclistas con diferentes motivos para moverse y
encontrarse allí. Nos parecían mostrar sus diferentes niveles de búsqueda (deportiva,
turística, religiosa…) para avanzar en la perfección de su vida. En el fundo, estamos
todos buscando un cambio profundo en
el marco de las crisis actuales en el mundo. Pero cada uno lo hace desde su
nivel de conciencia y sus necesidades.
El turismo de masa da acceso a la gente de recoger las
informaciones que necesitan para enriquecer su comprensión del sentido de la vida.
Muchos están encarnados para darse cuenta de su nivel en la evolución cósmica. No
olvidamos que bien que somos todos del mismo origen, no estamos todos de la
misma familia cósmica. La tierra tiene actualmente el papel de un encuentro
cósmico en fin de liberar una nueva conciencia de unión cósmica
encima de la visión dualista que existe hacía
en altos niveles espirituales. Implica naturalmente un cambio de conciencia en
la tierra. Ese paso es la consecuencia de la expansión y elevación de la Conciencia
de la unión del Espíritu Cristo al nivel cósmico. Sin encuentros y
comunicación, sin interactividad no hay crecimiento, ni material, ni
espiritual.
En este contexto comprendimos también el anuncio de la desaparición de los conflictos
actuales debidos a la falta de mediación (moderación) adaptada en nuestras comunicaciones.
Se mostraba por dos manifestaciones de personas extremistas, gritando sus
exigencias delante y detrás de la
basílica de Santa Maria Maggiore, que se han disuelto cuando salimos de la
iglesia después nuestra invocación de protección
y de mediación al Espíritu de la Virgen.
Otro aspecto se revelaba el sábado a la noche, cuando de repente
algunos cientos ciclistas jóvenes pasaban en la alegría al lado del Tíber, donde
queríamos empezar una pequeña ceremonia en el marco de la llena luna de Wesak. Estaba como un regalo de fuerzas positivas, una
señal de esperanza. Nos venía también como
una confirmación que el mundo se
despierta y que muchos están viniendo al encuentro del objetivo del nuevo orden
de paz de la Gran Marcha de Solidaridad bien que ya no ven como nuestras
caminas se juntaran para la elaboración del
Centro Mundial de Síntesis del conocimiento humano.
El domingo, acercándonos de la Plaza del Vaticano, cruzamos
una procesión de gente, mucha totalmente vestida en negra. Me impactaba su
adoración al dolor del Cristo. Pero la
luz intensa del sol no me dejaba llenar mis
sentimientos con rechazo pero me inspiraba distancia. Pero poco a poco mi corazón
se llenaba con una compasión profunda que
me hacía comprender que esta gente expresaba
una profunda desesperanza, alimentada por una visión colectiva negativa de
culpabilidad que ha atravesado el mundo cristiana durante siglos. Contrastaba
mucho con otros grupos de personas que cantaban y bailaban, expresando una
cultura amerindia más ligera, viva, y positiva. Mostraban el contrario, la convicción
intensa de orientarse hacia una
liberación que ya estaban construyendo aparentemente sin darse realmente
cuenta.
Dentro que un profundo sentimiento de aceptación y de perdón
me rellenaba, me levantaba la clara luz de una
falta de unión más concreta entre toda esta gente y mi-mismo. Todas estas manifestaciones me venían como
haciendo parte de una misma realidad de personas buscando una unión superior,
sin realmente llegar a ella del hecho que las relaciones entre todos parecían dispersar
considerablemente sus fuerzas debido a la falta de interactividad coherente. Solo la aparición
del Papa creaba temporalmente alguna unión a través de él.
Desde eso me venía claro que necesitamos manifestar la
unión de nuestras conciencias de manera
más concreta y consciente encima de nuestras conciencias y objetivos individuales.
Necesitamos darnos cuenta más claramente en
qué sentido de la vida vamos todos, porque y de ver como las consecuencias
de nuestras expresiones particulares tienen un efecto interactivo sobre la armonía o la desarmonía del
conjunto.
Salir de las crisis actuales no nos parece posible si no nos
demos cuenta como nuestra visión individualista, además materialista, afecta a
toda la populación del mundo y crea un sistema de incoherencia y de injusticia
que de esta manera queda insoluble. La creación de un consenso solidario mundial sobre el sentido de la vida planetario
surge cada instante más como el gran desafío del sobrevivir de la humanidad.
A través toda esta gente, sentimos la llamada urgente de la liberación de humanidad del peso ciego de
su inconciencia colectiva y sus manipulaciones. En realidad, los crises incitan
juntar nuestras diferencias de papel y de experiencias (poner junto = síntesis)
para poder completar mutuamente la
lectura de las lecciones que contienen en fin de comprender mejor como se
creara el campo de unión solidario del
paraíso, prometido por el plan de perfección de la humanidad y inscrito en
el libro de la vida del universo. La armonía de esa conciencia me hacía como sobrevolar
encima la gente en una luz incandescente que envolvía finalmente a todos, transportando
mi comprensión de unión hacia las visiones particulares de la gente presente.
Estaba una unión de luz en cual las particularidades de cada uno se perdonaban mutuamente, resolviéndose de sí mismo por ausencia de oposiciones. Sentía tocar a la esencia del perdón: la disolución
de algún rechazo u oposición en la luz de comprensión como promover la armonía del conjunto. Sentía en mi
corazón una gran fuerza pacifica de que llenaba todo mi cuerpo con alegría y
confianza y la voluntad firme de seguir la Gran Marcha a expandirse.
Ahora, mi alma me habla en mi corazón de la importancia de la mediación para
hacer más fácil la comunicación solidaria entre la gente. Es en concreto un
trabajo de armonización entre los pueblos para ajustar sus relaciones y su
comprensión mutual. Necesitamos para eso
expresiones simples, accesibles a todos
sin iniciación previa, pero que innovan a sus propios ritos habituales llamando
al principio participativo-interactivo directo. Necesitamos de toda urgencia la
creación de un campo de resonancia de
verdad espiritual que invita a expresarnos
desde la intuición de nuestra unión con la resonancia de nuestras almas en
nuestros corazones. Debemos aprender a retener la tendencia de nuestra mente concreta y limitada
de fijarse, limitarse et someternos à reglas y ritos que crean gestos
automáticos y repetitivos y que además inspiran miedos. Armonizar es en
concreto ofrecer y recibir compasión y perdón, permitiendo valorizarnos
mutuamente de manera más correcta en un
perspectivo de libertad de unión más perfecta y alegre. Nos libera de la
soledad de nuestro aislamiento del conjunto.
Crisis desaparecen cuando nuestras relaciones se encuadren correctamente
en el orden colectivo. Es decir cuando nuestras relaciones están comprendidas y
se expresan en una unión fluyendo, viva, y permanentemente dinamizada por una armonía mutual. ¿Como acercarnos del “estar
despertado” (como Buda), en el flujo del dinamismo original (las fuentes) de la
vida, que es el significado de “ser Cristo” ¿
3. Paris: el tema de la
reconciliación.
Paris significa el desafío de
la reconciliación permanente de la
humanidad por la concordia relativa a la realización del potencial creativo de
cada ser humano.
Desde el momento que seamos de acuerdo a reorientarnos mutuamente
hacia un orden con relaciones más
armoniosas dentro cuales los dones de cada uno puedan servir todavía más al
mejor bien de todos, se libera la energía de perdón poniendo fin a divisiones,
oposiciones y luchas. Se crea entonces nuevos perspectivos de coherencia, de
orden, de belleza y de unión.
Desde este momento podemos reconciliarnos del hecho que nuestros corazones se llenaban n de
concordia o del espíritu de unión para compartir, convivir, colaborar y
comunicar a través relaciones más solidarias y justas. Estará
el tema de la tercera etapa en Paris.
Haciendo el paso de reconciliación, mostrando el acoger al otro en nuestros
corazones como haciendo parte de uno mismo, pondremos la energía del triángulo
Madrid-Roma- Paris en marcha hacia el despertar de una nueva conciencia colectiva
en la masa crítica de la humanidad. Tomará
una forma más concreta por el ajuste de nuestras relaciones en la creación de un campo adaptado a la expansión
de la liberación de la solidaridad alrededor de un centro de referencia
mundial.
Mas reflexiones
después Roma: parte 2
Nuestra manera de ver
la vida y su sentido: en preparación.
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